No es extraño que comencemos un proyecto con todo el entusiasmo y que una vez que ya nos hemos “embarcado” en él, poco a poco vayamos perdiendo esas ganas que atesorabamos cuando lo comenzamos. Incluso hay veces que lo postergamos indefinidamente o lo abandonamos por falta de tiempo. Los expertos dicen que hay varios “síntomas” o factores que nos pueden indicar que la fuerza de voluntad nos abandona justo cuando más la necesitamos.
Cinco signos
para explicar la falta de voluntad
Estos cinco
aspectos, analizados detalladamente, nos pueden dar una pauta de qué es lo que
nos está ocurriendo y por qué nos cuesta tanto llevar adelante un proyecto, o
mejor dicho, terminarlo y ser exitosos
como lo habíamos pensado o planeado desde un principio. Toma nota y analiza
con lo que experimentas a diario, tal vez puedas encontrar una solución a tu
problema.
1 -
Exceso de autocontrol: quizás parezca que es un contrasentido porque la falta de fuerza de voluntad
no tiene que ver, justamente, con el control. Sin embargo, los especialistas
dicen que todo se trata de un “juego de equilibrio”. La voluntad no es una
capacidad que nunca se agota, sino algo en lo que debemos ir “dosificando”
usando la inteligencia con la que contamos. Un reciente estudio sobre
autoindulgencia ha demostrado que los seres humanos somos vulnerables a caer en
ciertas tentaciones cuando nos estamos controlando más. Un ejemplo simple de
comprender es aquél que está llevando una dieta estricta y cuando tiene un
“desliz” o un minuto de no pensar en ese régimen, se da un “atracón”. Las
personas también sufren de mayor infelicidad cuando cae la noche y eso no es
casualidad. Se debe a que las reservas de autocontrol que lo dominan
durante el día van disminuyendo al anochecer. Entonces, el exceso de fuerza de
voluntad puede convertirse en tu peor enemigo al momento de lograr
tus objetivos. ¿La solución? Esforzarse en las tareas que valen la pena y darse
un respiro en las menos importantes.
2 -
Sesgo de moderación: la gran mayoría de nosotros subestimamos o sobrestimamos la fuerza de voluntad
que poseemos. Por ello es tan común que la gente abandone su carrera, deje de
ir al gimnasio o a un curso, etc. Es frecuente que los primeros meses del año
las academias estén completas y que luego, pasadas algunas semanas, se empiecen
a vaciar. Muchos “prometemos” cuando comienza enero hacer lo que no cumplimos
el año anterior, pero esa voluntad
va desapareciendo. Esto se debe a que creemos o pensamos que somos
controlados, fuertes y perseverantes y que esta vez “si” llegaremos a
diciembre con la misma rutina que en enero. Es recomendable que no te expongas
a aquellas situaciones que puedan convertirse en una tentación a dejar o bien
que puedas caer en las redes de la haraganería, la falta de ganas, las
excusas para no asistir, etc. Si no te gusta ir al gimnasio, prueba con
otra actividad para hacer ejercicio, no te “obligues” a lo que no te agrada,
porque es más fácil que lo abandones.
3 -
Creencias negativas muy arraigadas: Esto puede estar presente en nuestra mente
desde que eramos pequeños o jóvenes. Por ejemplo, si en la familia nunca creían
en nosotros o nos exigían demasiado, si consideramos que el éxito
es para las personas adineradas o que no tenemos la capacidad de tener nuestra
propia empresa porque no contamos con las habilidades requeridas, etc. Si tu
idea o meta es obtener un mejor puesto en tu empleo o emprender en un negocio
ambicioso, una creencia contrapuesta puede retrasarte, al pensar que no eres lo
suficientemente merecedor, bueno o inteligente para lograrlo. Para poder
sobrellevar esto, primero deberás saber cuáles son estas ideas que rodean tu
mente, trabajar en ellas, modificar los pensamientos y añadir ideas que te
motiven al éxito.
Una buena alternativa es colocar en lugares visibles frases de motivación y
autosuperación.
4 - No
fijarnos en el contexto social: no eres una “isla” autosuficiente, necesitas interactuar con los demás,
eso está más que claro. Si bien lo sabes, desestimas esta idea
y crees que lo puedes todo, que no precisas de nadie que te ayude, que lo harás
mejor si es a tu manera. Estableces objetivos como si llevarlos a cabo
solamente dependiera de ti y te olvidas que vives en un contexto, por más de
que no compartas casa o piso con nadie. El mundo está repleto de personas y
también de tentaciones, una de ellas, sin dudas, es creernos “omnipotentes”.
Al plantearte cualquier meta, has que los demás (familia, amigos, pareja,
compañeros) te ayuden, participen, se involucren y sirvan para enfrentar los obstáculos
que seguramente aparecerán.
5 -
Cansancio: la falta de
sueño nos hace estar más propensos a claudicar y abandonar nuestros sueños y
proyecto. El tan conocido “estrés”,
del que somos víctimas millones de personas en el mundo entero, deja de lado la
motivación. Esta última es la encargada de “inyectarnos” de energía extra a
diario, para poder mantenernos despiertos cuando lo necesitamos. Sin embargo, la
ansiedad, los nervios y las preocupaciones no dejan que descansemos lo
suficiente. El cansancio prolongado tarde o temprano nos pasa factura, ya
sea con alguna enfermedad o con la falta de fuerza de voluntad. Si estás
pensando en un proyecto bien ambicioso y deseas llegar a la meta, duerme la
cantidad de horas necesarias, para poder tener tu nivel de recarga completo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada